La actividad turística ha demostrado ser un potente motor de desarrollo económico, de creación de empleo y de generación de oportunidades. Esta apuesta se extiende a otros ámbitos como la cultura o los grandes eventos, que actúan como atracción de inversiones y de visitantes, mejorando la proyección y notoriedad del territorio.

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Los retos a los que una ciudad o un territorio debe enfrentarse para lograr ser atractivo, en un entorno cada vez más competitivo y cambiante, requiere propuestas creativas e innovadoras a partir de un análisis de su realidad actual, sus posibilidades y sus necesidades presentes y futuras.

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